Mi nombre es Paco Navarro me formé en la Escuela de Artes y Oficios, siendo mi maestro preferido el artista valenciano Vicente Bruño, sin duda me transmitió su amor por el mar y que él volcó en el Atlántico africano del que emergieron nuestras queridas islas.

Cartelista, pintor al pastel y a la acuarela, el óleo es su técnica favorita, realizándolo en sus inicios al pincel y evolucionando finalmente hacia la espátula, confiriéndole así una mayor intensidad en su obra.

Premiado en numerosas ocasiones con sus carteles en cocursos al aire libre y finalista del desaparecido premio ‘Ciudad de Las Palmas’, Paco Navarro plasmó desde siempre en su arte el intenso azul del mar canario. Dedicó sus primeros lienzos a la playa de Las Canteras, con sus niños nadando o jugando a la pelota, o con la playa solitaria bañada en un colorido hipnótico tanto en la arena como en los cielos y el mar, llegando a ser calificado como «el Sorolla Canario».

Más tarde desparecieron las figuras y comenzó a pintar el paisaje marino con la grandeza de la Naturaleza en soledad. En ocaciones con playas y acantilados en los que el océano se bate con furia entre los golpes de una espuma embravecida, y otras con un mar tranquilo en el que se adivina una barca solitaria meciéndose en el horizonte.

Posteriormente abordó la temática de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria permaneciendo siempre fiel a su querido mar, que a lo largo de los años ha plasmado desde diversas perspectivas tanto desde lo alto de la ciudad como desde distintos lugares y horas del día, principalmente en el ocaso.

Disconforme con limitarse a Gran Canaria, también las playas de Fuerteaventura, así como diferentes perspectivas de Tenerife y El Hierro y sus lugares más destacables como las casas cueva y sus hechizantes paisajes, han tenido la suerte de quedar reflejados para siempre en manos de su arte ya emblemático.

Y por supuesto siempre el mar, el mar canario de Paco Navarro.